Insomnio y otros trastornos del sueño
El insomnio es un trastorno del sueño que se caracteriza por la incapacidad para conciliar un sueño reparador. Hay varios tipos de insomnio, así como otros trastornos del sueño que están íntimamente relacionados.
Las causas del insomnio y, en general, de los problemas del sueño, pueden ser tanto genéticas como ambientales. En este artículo descubrirás qué es el sueño y por qué es imprescindible dormir, así como los principales trastornos del sueño.
Insomnio, ¿por qué es necesario dormir?
El estado de vigilia es aquel en el que se está despierto o “vigilante”, donde el sujeto se encuentra totalmente consciente y tiene una alta interacción con el entorno. El sueño, por otra parte, es un estado fisiológico de baja consciencia. A diferencia del coma o la hibernación, el sueño va a ser recurrente y puede revertirse rápidamente.
La transición que ocurre de la vigilia al sueño es conocida como “ciclo o ritmo circadiano” y se necesitan 24 horas para completarse. El sueño, como el apetito y el sexo, son funciones básicas para la vida. Sin embargo, pueden verse alteradas por factores físicos y psíquicos, que darán como resultado los trastornos del sueño.
¿Por qué es tan perturbador el insomnio y tan necesario el sueño en la vida? Porque dormir ayuda a:
- Recuperar fisiológica y metabólicamente los distintos sistemas
- Reestablecer el balance de la excitación neuronal
- Reorganizar la información que se ha obtenido durante el día relacionándola con la memoria a largo plazo
- Borrar información irrelevante para no sobrecargar la memoria
- Restaurar la energía perdida
- Consolidar lo aprendido durante el día
Es imposible que alguien este mucho tiempo sin dormir porque moriría. Dependiendo del tiempo de insomnio o privación de sueño. Y de si se da de forma total o parcial, la persona va a experimentar distintas manifestaciones psicopatológicas.
- Si hay una privación de sueño es de 60 a 200 horas la persona puede tener:
- Somnolencia
- Disminución del rendimiento: reducción en la capacidad de concentración, perseverancia en las tareas y comunicación verbal.
- Cambios en el estado de ánimo
- Si la privación de sueño es mayor a 200 horas la persona va a tener:
- Microsueños
- Desorientación alopsíquica
- Ideas delirantes paranoides
- Ilusiones
- Alucinaciones
Características electrofisiológicas del sueño
En el sueño se han podido distinguir 5 niveles fisiológicos mediante la polisomnografía. Estos son el sueño no REM (con sus 4 subfases) y el sueño REM.
Las siglas REM se interpretan en inglés como rapid eye movement, que al traducirlo en español quiere decir “movimiento ocular rápido”. Estas harán referencia a la presencia o ausencia de movimientos oculares en las distintas fases del sueño.
Sueño no REM
También se conoce como sueño no MOR. Dura de 45 a 60 minutos desde el inicio de la fase I hasta el final de la fase IV. Su porcentaje total, en relación al sueño, va a ser del 75%. Siendo el 5% la fase I, el 45% la fase II, el 12% la fase II, y el 13% la fase IV. En los seres humanos se distinguen tres fases que comprenden al sueño no REM que son:
Fase I del sueño no REM
Esta primera etapa consiste en la transición del estado de vigilia al inicio del sueño. Puede durar desde unos pocos segundos hasta unos 10 minutos. Se caracteriza por la desaparición gradual de las ondas alfa, propias de los estados de vigilia. Estas ondas, de 8 a 12 ciclos por segundo, comienzan a sustituirse por las ondas beta, cuyo voltaje es superior, siendo de 4 a 7 ciclos por segundo
A su vez, la actividad tónica disminuye y se presentan movimientos oculares lentos. Durante este estado, el sueño puede interrumpirse fácilmente. Durante este periodo el sujeto puede volver frecuentemente al estado de vigilia antes de pasar a la fase II.
Fase II del sueño no REM
Esta fase ocurre 5 o 10 mintuos a continuación de la fase I. De hecho, a estas dos fases juntas se las conoce como sueño ligero.
Su actividad es de bajo voltaje y frecuencias similares a la fase I. Sin embargo, aparecen dos fenómenos que lo caracterizan: husos de sueño y los complejos K. Los husos sigmas son ondas de 12-14Hz que aparecen con una frecuencia de 3 a 8 min y los complejos K son ondas bipolares de gran voltaje que aparecen de forma súbita.
Durante esta fase, el umbral para despertarse se eleva. Es por eso que, un estímulo que hubiese despertado a la persona en la fase I, puede no despertarlo en la fase II.
Su aparición suele considerarse como señal de que el sujeto está finalmente durmiendo. En cuanto a la actividad tónica, esta disminuye aún más. De hecho, los movimientos oculares desaparecen casi por completo.
Fases III y IV del sueño no REM
En esta fase predomina el ritmo delta y theta. Se dice que, cuando el trazado está formado entre un 20% y 50% por ondas delta, ya se ha pasado a la fase III. Estas ondas tienen un voltaje hasta 100W, y una frecuencia de 1 a 3 ciclos por segundo.
En esta fase también aparece esporádicamente los husos sigma y hay una disminución aún más significativa de tono muscular. Por otra parte, la respiración se mantiene de forma regular y la presión sanguínea empieza a disminuir. Para poder despertar a un sujeto en este estado, se necesitaría de una fuerte estimulación sonora.
La fase IV es una etapa más profunda. El patrón de EGG va a ser igual a la fase III, pero ahora, al menos el 50% son ondas delta. Esta fase, junto a la anterior, constituyen al llamado sueño profundo. En esta etapa ya no se van a presentar los husos de sueño ni los complejos K.
La persona va a tener mayor dificultad para despertarse ante estímulos, pero si lo lograra, su respuesta sería torpe y lenta. Además, aparece atonía muscular y la frecuencia respiratoria vuelve a disminuir. Esta fase va a ser difícil de alcanzar en personas que sufren de insomnio y otros trastornos del sueño, como el sonambulismo y los terrores nocturnos.
Sueño REM
A esta fase se la denomina REM (en español MOR), porque la caracteriza la presencia de movimientos oculares rápidos.
El primer periodo REM inicia a los 90 minutos de haber alcanzado todos los estados previamente mencionados. Además, equivale al 25% del sueño total de la persona. Su trazado tiene una similitud eléctrica con la fase I. Sin embargo, esta se va a presentar algo más rápido.
El ritmo alfa y beta, la frecuencia cardíaca, respiratoria y la presión arterial, van a ser parecidas a las de la fase de vigilia. Sin embargo, va a haber una anulación completa del tono muscular con contracciones esporádicas de las manos o la cara.
Durante la fase REM la persona experimentará ensoñaciones abstractas y surrealistas. En la mayoría de los casos, las personas que despierten durante esta fase, recordarán vívidamente lo que estaban soñando.
Alteraciones del sueño
Se dividen en dos grandes grupos: las disomnias y las parasomnias.
Disomnias
Esta categoría está relacionada con la duración, intensidad y cantidad del sueño. Dentro de ella tenemos al insomnio, la hipersomnia y la narcolepsia.
Insomnio
El insomnio es una alteración del sueño que implica dificultad para empezar a dormir o para permanecer dormido. Una vez que el sujeto se levante será incapaz de volver a dormir. Aunque le costará estar fresco y activo por la mañana.
Para que una persona sea diagnosticada con el trastorno de insomnio debe de cumplir con las siguientes características:
- Que ocurra al menos 3 noches en la semana y durante 3 meses.
- Descartar que sea secundario a algún otro trastorno del sueño.
- Que no tenga relación con el uso de una sustancia.
- Que no se explique por trastornos mentales o médicos.
- Se da por consecuencias psicológicas, biológicas o ambientales.
Por lo general, las personas que padecen de insomnio tienen rutinas erróneas o poco saludables que repercuten en la calidad y cantidad de su sueño. Por ejemplo:
- Horarios irregulares.
- Cenar copiosamente.
- Consumir alcohol antes de dormir.
- Hacer ejercicio intenso por la noche.
- Acostarse demasiado pronto.
- Realizar trabajos o actividades que requiere de una alta estimulación cerebral durante la noche.
- Ingerir bebidas excitantes o sustancias estimulantes antes de acostarse.
- Vivir en sectores con mucho ruido.
- Cuando la temperatura ambiental es extrema.
- Se encuentran en una situación estresante.
Alguna de las consecuencias del insomnio serían:
- Deterioro funcional.
- Pérdida de productividad.
- Problemas de atención.
- Deterioro de la memoria.
- Menor habilidad para relacionarse a nivel interpersonal.
- Alteraciones en el estado de ánimo.
- Problemas hormonales y metabólicos.
- Retraso en el crecimiento.
- Envejecimiento precoz.
- Aumento de peso.
Insomnio primario
Este tipo de insomnio se caracteriza porque no se le puede atribuir con certeza una causa particular. No obstante, se cree que el estrés podría ser un detonante. En muchos casos surge en la infancia y se puede prolongar a lo largo de la vida, aumentando con la edad.
Los síntomas que se presentaran los sujetos serán: fatiga, cansancio, cefaleas, tensión muscular y molestias gástricas. La razón por la que este tipo de insomnio se prolonga es que el sujeto está constantemente preocupado por su estado, en que tendrá dificultades para conciliar el sueño durante la noche.
Por ende, se desarrolla un estado de ansiedad y tensión durante el día que provocan una alteración del sueño por la noche. Este trastorno puede, además, producir hipersomnia diurna.
Hipersomnia
La hipersomnia se caracteriza por una somnolencia excesiva que puede ser nocturna (mayor o igual a 10 horas) o diurna (siestas frecuentes que pueden durar más de 1 hora). Suele iniciarse alrededor de los 15 y 35 años, y tiende a la cronicidad.
Para que este episodio se le considere trastorno, deberá ocurrir durante al menos 1 mes. Además, no va a estar asociado a otro trastorno médico o a los efectos de una sustancia. También, se debe descartar la narcolepsia.
Los pacientes que sufren de este trastorno pueden quedarse dormidos durante el día, pero su sueño no va a ser reparador. Sus síntomas serán: nivel bajo de alerta, rendimiento y de concentración. Esto podrá repercutir en el ámbito laboral y social de la persona, además de poder verse implicado en accidentes o despistes importantes, debido a la falta de atención y concentración.
Narcolepsia
La narcolepsia es un síndrome de origen desconocido caracterizado por ataques anormales de sueño. Suele iniciarse en la adolescencia, pero se consolida en la persona alrededor de los 25 años. La narcolepsia está integrado por cuatro síntomas que forman la tétrada narcoléptica. Siendo la somnolencia el síntoma de mayor frecuencia.
- Somnolencia diurna excesiva: los pacientes presentan ataques de sueño agudos durante circunstancias que se podrían considerar estimulantes. Este episodio dura entre 10 y 15 minutos, y suele haber un periodo refractario de varias horas antes del próximo episodio.
- Cataplexia: es una alteración de la psicomotricidad por entrar de repente en la fase REM. Lo que el sujeto experimentará es una repentina disminución del tono muscular, estando totalmente consciente de ello. Usualmente se va a desencadenar por emociones intensas como la risa, el llanto o la ira. Generalmente, dura pocos segundos. Estos episodios se iniciarán años después de establecerse la somnolencia diurna.
- Parálisis del sueño: es un estado que mantiene similitud con la cataplexia. El paciente está consciente, pero siente que no puede moverse, hablar o respirar con naturalidad. La diferencia está en que este no va a tener desencadenantes emocionales. Su duración no excederá los pocos minutos, pudiendo cesar antes frente a estímulos externos.
- Alucinaciones hipnagógicas: los episodios alucinógenos son seudopercepciones de índole auditiva o visual. Generalmente, no aparecerán hasta la adolescencia, y van a tender a disminuir con el tiempo. Hay casos en los que la parálisis y las alucinaciones se dan simultáneamente convirtiéndose en un evento terrorífico para el paciente.
Trastornos del sueño relacionados con la respiración
El síndrome de apnea del sueño es una alteración de la respiración que se caracteriza por la interrupción repetitiva (más de 10 segundos) del flujo aéreo naso-bucal durante el sueño. A partir de estudios polisomnográficos se pueden distinguir tres tipos de apneas: de obstructiva, central y mixta.
Apnea del sueño obstructiva
Consiste en el cese del flujo aéreo, volviéndose a iniciar de manera repentina. Esta es la apnea más común. Durante el sueño, los músculos se relajan y las vías respiratorias se estrechan por lo que, la respiración se vuelve insuficiente por 10 a 20 segundos.
El encéfalo detecta la anomalía y despierta al sujeto. El signo más característico será el ronquido, dado que las paredes de la garganta colapsan.
Como el cese respiratorio va a ocurrir durante toda la noche, el sujeto no podrá entrar a las fases III y IV del sueño, convirtiéndose en un sueño no reparador. Por otra parte, no habrá un adecuado intercambio de gases, provocando diferentes grados de hipoxemia e hipercapnia nocturnas.
Apnea del sueño central
Consiste en el cese parcial del ritmo respiratorio debido a que las neuronas eferentes del encéfalo evitan que los músculos que controlan la respiración actúen de forma correcta. Esto va a ocurrir únicamente en casos en los que el Sistema Nervioso Central (SNC) se haya lesionado.
Apnea del sueño mixta
Va a ser la combinación de las dos apneas anteriormente mencionadas. Unas veces se va a paralizar el sistema respiratorio y en otras habrá una obstrucción de las vías aéreas.
Trastornos del ritmo circadiano
Son alteraciones del sueño debidas a una desorganización del sueño-vigilia. Es decir, el sujeto duerme las horas correspondientes, pero los horarios de sueño están alterados. Los seres humanos se rigen por los ritmos circadianos, que están vinculados con la temperatura, la genética y la exposición a la luz.
Además, el cuerpo tiene una hormona llamada melatonina que se libera durante la noche y es la que induce al sueño. Todos estos elementos van a provocar los patrones por los que la persona despierta y se duerme. Dentro de este grupo encontramos a los siguientes trastornos:
- Tipo de fases de sueño retardadas: surgen por una demora al momento de ir a dormir (más de 2 h)
- Tipo de fases de sueño avanzadas: los biomarcadores circadianos se han programado de 2 a 4 h antes de lo habitual puesto que, el sujeto se ha acostumbrado a madrugar.
- Asociado a turnos laborales: le ocurre a las personas que tienen horarios de trabajo poco comunes. Por ejemplo, una semana trabajan durante la noche y la otra semana trabaja durante la mañana. Esto interfiere en el mantenimiento de un horario de sueño-vigilia normal.
Parasomnias
Las parasomnias son anomalías se producen en fase REM y NO REM del sueño.
Pesadillas
Las pesadillas son episodios que ocurren durante el sueño REM. De hecho, tienen que ver con el contenido de lo que se está soñando, que puede ser terrorífico, angustiante o amenazante.
La ansiedad puede provocar una reacción motora que despierte al individuo. Sin embargo, la ansiedad se irá disipando en la medida que reconozca que sólo se estaba soñando y que la situación no es real.
Se pueden experimentar pesadillas independientemente de la edad, aunque son más comunes en niños. No se conoce con exactitud su etiología, pero existen teorías que consideran tiene un significado importante para la persona.
Terrores nocturnos
Los terrores nocturnos suelen producirse en las fases III o IV del sueño. Es decir, durante el sueño más profundo. Inician con un grito desgarrador en mitad de la noche.
Generalmente, la persona se levantará con una sensación angustiante difusa, sin saber exactamente qué ha ocurrido ni recordar nada. Su etiología se cree guarda relación con la tensión emocional y la fatiga.
Sonambulismo
El sonambulismo se caracteriza por una secuencia movimientos corporales que el sujeto realiza durante el sueño de ondas lentas. La persona puede llegar a levantarse y realizar diversas actividades como caminar por la casa o mover cosas.
También podría articular algunas palabras. Durante este estado, la persona no reacciona a los estímulos ambientales. Su duración puede ser de 1 a 30 minutos y puede ocurrir varias veces por semana a lo largo de la vida. Su causa sigue siendo desconocida, pero algunos investigadores lo asocian al estrés.
Conclusiones acerca del insomnio y otros trastornos del sueño
En conclusión, en este artículo hemos visto qué es el sueño, cuál es su importancia y sus principales características. Por otra parte, hemos visto cuáles son las consecuencias de la privación de sueño, o de padecer insomnio. Así mismo, hemos visto los trastornos del sueño más comunes que se relacionan con el insomnio.
Si padeces alguno de estos síntomas, te recomendamos acudir al médico o al psicólogo para tratarte tanto el insomnio, como los otros trastornos del sueño. Hoy en día existen excelentes terapias psicológicas y farmacológicas que, cada vez más, ofrecen mejores resultados.
- Contreras, A. “Insomnio: generalidades y alternativas terapéuticas de última generación.” Revista Médica Clínica Las Condes 24.3 (2013): 433-441.
- Peña-Herrera, B. (2018) Psicopatología General. Samborondón: Universidad Espíritu Santo – Ecuador.
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