Glándulas sebáceas: todo lo que debes saber
Las glándulas sebáceas tienen mala fama. Sin embargo, a diferencia de lo que solemos creer, no solo están allí para propiciar incomodidades como el acné o el exceso de brillo. ¿Alguna vez te has preguntado qué pueden hacer por la piel? Te lo contamos a continuación para que no dejes de tenerlo en cuenta de ahora en adelante.
La piel es el órgano más extenso del cuerpo. Está conformada por varias capas: epidermis, dermis e hipodermis, y cada una de estas tiene una serie de funciones esenciales que se relacionan entre sí.
No obstante, solemos agruparlas. Por ello, decimos que la principal función de la piel es proteger el resto de los órganos y sistemas del cuerpo y contribuir con la adaptación al medio ambiente.
¿Qué hacen las glándulas sebáceas?
Para poder hablar sobre las glándulas sebáceas en mayor detalle, primero debemos repasar un poco sobre la hipodermis.
De acuerdo con lo que se expone en un artículo titulado Histología de la piel, tenemos que la hipodermis -también conocida como panículo adiposo o tejido celular subcutáneo– es la capa de la piel que está conformada por adipocitos (células grasas).
En ella se encuentra lo que se conoce como el complejo pilosebáceo, que está conformado por folículos pilosos, pelos, el músculo erector de pelo, y las glándulas sebáceas.
Veamos ahora un poco más sobre las glándulas sebáceas, teniendo en cuenta lo expuesto en el Manual de Dermatología:
- Cada pelo lleva asociado entre 1 y 4 glándulas sebáceas. Estas se sitúan justo por encima del músculo erector, en la porción superior del folículo.
- Las glándulas sebáceas se desarrollan entre la semana 13 y 16 del desarrollo fetal. Están formadas por amplios lóbulos en cuya periferia se encuentran la membrana basal y las células matriciales cuboides basófilas que, conforme van multiplicándose, se van llenando de vacuolas de lípidos que empujan y ahogan el núcleo, tornándose entonces claras.
- La secreción de las glándulas sebáceas recibe el nombre de sebo y es una sustancia holocrina, ya que todo el cuerpo celular se desintegra para formar dicha secreción. Se compone principalmente por triglicéridos y fosfolípidos, aunque esta composición varía con la edad.
- El sebo contribuye a dar sensibilidad y permeabilidad (o función barrera) a la piel. También tiene capacidad emoliente, lubricante, fungistática y bacteriostática.
- Como la piel no es uniforme en todas las partes del cuerpo, las glándulas sebáceas tampoco lo son. Así, tenemos que su tamaño varía según la zona en la que se encuentren. Por ello, en los sitios seborreicos tienen un mayor tamaño y en sitios menos seborreicos son más pequeñas.
- Tenemos glándulas sebáceas en el rostro y el cuero cabelludo, también en las llamadas zonas periorificiales (ojos, oídos, ano y las uniones con las mucosas).
- Rara vez tenemos glándulas sebáceas en las palmas de las manos y las plantas de los pies.
- A medida que envejecemos, producimos menor cantidad de sebo.
- Las glándulas sebáceas trabajan en conjunto el resto de las estructuras de la piel. En concreto, con las glándulas ecrinas, que son las encargadas de producir sudor para regular la temperatura corporal.
Las glándulas sebáceas forman parte del complejo pilosebáceo de la piel.
¿Cuál es su papel en la aparición de acné?
En condiciones normales, las glándulas sebáceas secretan sebo para mantener la piel protegida y humectada. Sin embargo, cuando existe algún tipo de trastorno que causa una obstrucción en ellas, es cuando pueden formarse comedones, papulopústulas, nódulos e incluso quistes.
En dicha obstrucción se encuentran involucrados varios factores, como la queratinización folicular, la actividad de las hormonas sexuales (como los andrógenos) y la bacteria Propionibacterium acnes. También la aplicación de productos sobre la piel, la oclusión y presión de la piel, etc.
Entonces, cuando la salida de sebo hacia la piel queda obstaculizada por células muertas, las bacterias crecen dentro de los folículos y luego aparecen los granos y espinillas (que es lo que comúnmente denominamos acné).
¿Cuál es su papel en otros trastornos de la piel?
El crecimiento excesivo de las glándulas sebáceas (y otros cambios en estas) también pueden promover la aparición de otros problemas de la piel, tales como la rosácea, la rosácea fimatosa y la dermatitis seborreica. Y con menos frecuencia: nevo sebáceo o carcinoma sebáceo (un tipo de cáncer de piel).
Recomendaciones finales
Si consideras que tu piel presenta un exceso de brillo, quizás deberías repasar tu estantería de cosméticos para evaluar si realmente estás utilizando los productos adecuados. Y en caso de que aún revisándolos tengas dudas, recuerda que siempre puedes acudir al dermatólogo.
Hasta que no tengas un diagnóstico y las pautas del especialista para aprender a darle a tu piel los mejores cuidados y ayudarla a mantener un buen equilibrio, evita lavarte con excesiva frecuencia el rostro. No por lavarlo más a menudo vas a controlar la cantidad de sebo.
Tampoco hace falta que te exfolies a diario o con una frecuencia igualmente regular, ni que te apliques alcohol u otros productos que sequen la piel.
Aunque no lo creas, estos barrerán con la capa de sebo protector que tu piel produzca, haciendo que tu piel quede más vulnerable y expuesta a todo tipo de molestias. Asimismo, harán que las glándulas sebáceas produzcan mayor cantidad de sebo, haciendo que el problema sea aún más incómodo.
Por otra parte, recuerda que una vez que comiences el tratamiento que te paute el dermatólogo (para el acné o cualquier otra condición de la piel), deberás ser constante, coherente y disciplinado para poder apreciar beneficios en las próximas semanas.
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