Gaslighting: ¿en qué consiste y cómo protegerse?
El término gaslighting es una palabra que se ha hecho popular los últimos años en Internet. De seguro lo has leído en el contexto del abuso psicológico o abuso emocional, también en temas relacionados con la manipulación. Aunque así lo parece, en realidad no es un concepto unitario; hasta el punto que se evita su uso en contextos profesionales como la psicología.
Dada la ambigüedad del término es posible que también se cite en relación con el acoso, el abuso y la violencia doméstica. El problema radica en que, al no ser un término usado por los especialistas, se puede moldear de tal manera que se acople a diferentes contextos. En las siguientes líneas te explicamos qué es, cuáles son sus causas y cómo reconocerlo.
¿Qué es el gaslighting?
La Asociación Americana de Psicología (APA) define el gaslighting como una estrategia para ‘manipular a otra persona para que dude de sus percepciones, experiencias o comprensión de los acontecimientos’. La organización advierte que es un término coloquial, de manera que se evita su uso en entornos académicos por su ambigüedad o falta de precisión.
El término deriva de la obra de teatro homónima de 1938, adaptada al cine en 1940 y 1944. En ella se describe cómo una mujer joven es manipulada gradualmente por su esposo para hacerle creer que tiene desequilibrios mentales, todo esto con el objetivo de distraerla de sus actividades delictivas. La película fue un éxito, tanto que obtuvo siete nominaciones para los Premios de la Academia.
El término se hizo popular desde entonces, aunque solo de forma coloquial, para aludir a un proceso de manipulación en el que se busca que la otra persona dude de su propia realidad, de sus recuerdos, de sus facultades y demás. La palabra ha cobrado gran interés en la última década, en especial en la angloesfera. También se ha popularizado por el uso masivo de redes sociales.
Tal y como advierten los expertos, el concepto tiene más implicaciones sociológicas que psicológicas. Aun así, no ha sido especialmente atractivo al momento de construir teorías en torno a él. Es más frecuente en relaciones desiguales, en las que uno mantiene una posición de superioridad o de poder. A menudo se asocia con desigualdades sociales, de género, raciales y demás.
Contextos en los que se manifiesta el gaslighting
Algo curioso sobre este técnica es que las personas pueden usarla consciente o inconscientemente. En efecto, habrá personas, a veces denominadas gaslighter, que desarrollen estrategias de manipulación de este tipo orientadas a un objetivo específico (o al menos con conocimiento de causa de ellas). En cambio, otros lo harán de forma automática y sin ninguna intención aparente.
Teniendo en cuenta esto resulta pertinente apuntar que el gaslighting se manifiesta en diferentes contextos. A menudo se piensa que solo se desarrolla en relaciones de pareja, pero lo cierto es que abarca otros tipos de relaciones. A continuación recopilamos tres ejemplos típicos de esta curiosa forma de manipulación.
Relaciones de pareja
El gaslighting es tan frecuente en las relaciones de pareja que algunos expertos lo consideraron un síndrome marital (en contextos de infidelidad, principalmente). Dada la estrecha intimidad que media en una relación de pareja, y que en ella valores como la confianza o la fidelidad destacan especialmente, resulta muy fácil para un gaslighter desarrollar sus artimañas de manipulación.
Lo puede hacer de diferentes maneras, algunas de ellas muy sutiles. Un ejemplo clásico es recriminar la capacidad para recordar cosas. A través de una serie de ejemplos (tergiversados, manipulados o sacados de contextos) se hará creer a la pareja que tiene mala memoria. Cuando se insiste en ello con tanta frecuencia la otra persona termina asimilando este hecho sin que tenga correspondencia con la realidad.
A menudo se apela por él para encubrir episodios de infidelidad, de abuso doméstico o de desinterés. Un gaslighter puede controlar de tal manera que sus comportamientos, acciones y palabras se justificarán. También hará dudar a la pareja de sus propios comportamientos, acciones y palabras; hasta el punto que se cuestiona la percepción o interpretación de la realidad.
Relaciones padre-hijo
Otro de los contextos en los que esta forma de manipulación se puede desarrollar es en las relaciones padre-hijo. Aunque por supuesto existen casos en los que los hijos ejemplifican el papel de gaslighter, lo cierto es que la mayoría de los episodios se centran en manipulaciones o abusos psicológicos por parte de los padres hacia sus hijos.
Por ejemplo, los expertos alertan que es una práctica relativamente común en los padres con hijos transgéneros. Se puede aplicar también en el contexto del rendimiento escolar, la inteligencia, el compromiso con la vida familiar, las responsabilidad con los quehaceres, el respeto hacia las reglas impuestas y demás. Es más frecuente de lo que se imagina, aunque pocas veces se habla de ello en voz alta.
Entornos institucionales
Tal y como señalan los investigadores, esta forma de manipulación no escapa de los entornos institucionales. Hay muchas formas en los que así lo hace, como por ejemplo ocultar información sobre los derechos de los trabajadores, recriminar el poco compromiso con la empresa, reducir los logros y señalar los defectos y demás.
Aparte de estos contextos, también nos encontramos con el gaslighting racial, el gaslighting cultural, el gaslighting político y otras manifestaciones similares. Es un término muy moldeable que se puede materializar en diversos contextos. A veces se usa como sinónimo de manipulación, de manera que se aleja del componente de alteración de la percepción de la realidad que lo caracteriza.
Causas del gaslighting
Determinar las causas de este tipo de manipulación es todo un reto, en especial porque no ha sido estudiado copiosamente por parte de los investigadores competentes. Algunos expertos consideran que la manipulación es una característica básica del comportamiento humano. Tanto así que se empieza a desarrollar en los bebés y se perfecciona durante la niñez y juventud.
Sin embargo, algunas personas pueden verse atraídas especialmente por ejecutar actos manipuladores. Por ejemplo, quienes tienen un ego desmedido, asumen una actitud de liderazgo en todas las etapas de su vida, quienes son más inteligentes y quienes son egoístas pueden tener este comportamiento más matizado.
Algunos trastornos pueden también acrecentar estas características. Las personas con rasgos psicopáticos, con el trastorno de la personalidad narcisista o con el trastorno límite de la personalidad pueden recurrir a sus estrategias.
A veces no hay una causa aparente, sino que el manipulador recurre a esta técnica debido a influencias culturales o al estilo de su educación. Como ya apuntamos en su momento es más común en relaciones de desigualdad de poder, sea esta explícita o implícita.
Cómo reconocer el gaslighting
Aunque ya hemos abordado con detalle qué es el gaslighting, resulta curioso tener en cuenta que muchas personas que son víctimas de él no se dan cuenta. Esto se debe a que quien lo ejerce lo hace de tal manera que aquellos que son objeto de sus técnicas no se percatan de que están siendo manipulados. Veamos algunos ejemplos de un caso típico de esta manipulación por parte del gaslighter:
- Trivializar sentimientos, emociones, acciones o pensamientos de una persona.
- Tergiversar hechos que, aunque guardan cierta relación con la realidad, no describen las cosas tal y como sucedieron.
- Amenazar constantemente de ciertas acciones cuando las cosas no se encaminan como él o ella esperan (abandonar una relación, por ejemplo).
- Asumir actitudes de víctima.
- Negar cualquier cosa que los deje en una posición comprometida. Para ello apelan a la mentira.
- Desviar una conversación estratégicamente para evadir responsabilidades.
- Cuestionar con frecuencia las ideas, las opiniones y los recuerdos de una persona.
- Apelar por estereotipos o prejuicios.
- Desacreditar las ideas del otro inmediatamente (sin analizarlas siquiera).
- Usar palabras, acciones o regalos como muestra de que ellos son los buenos.
Esto es solo una muestra de cómo se puede aplicar una estrategia de manipulación de este tipo. Para que sea considerado como tal dichas estrategias deben desencadenar una serie de respuestas en la persona que se intenta manipular. Veamos cuáles son específicamente en el caso del gaslighting:
- Confusión o dudas con respecto a cómo se ha obrado en el pasado.
- Alteración o modificación de los recuerdos para ajustarlos a la versión del gaslighter.
- Cuestionar juicios o percepciones que no se corresponden con los juicios o las percepciones del manipulador.
- Ofrecer disculpas constantes hacia esa persona.
- Asimilación de sentimientos de inseguridad.
- Sentimientos de decepción consigo mismo.
- Dificultad para tomar decisiones sin antes consultar a esa persona.
- Aislamiento del círculo íntimo.
- Baja autoestima.
- Falta de criterio individual.
Cuando se manifiestan algunas de estas señales se puede decir que se está en presencia de un episodio de gaslighting. Téngase en cuenta que no siempre hay una mediación de violencia física, aunque sí de violencia psicológica y de abuso psicológico. Dado que tiene un impacto directo en la salud mental las personas objeto de la manipulación deben buscar ayuda lo más pronto posible en instituciones o en el círculo íntimo.
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