¿Cómo se diagnostica el cáncer de piel?
La identificación de las lesiones cutáneas anormales es el primer paso en el diagnóstico oncológico dermatológico. El abordaje terapéutico en las etapas iniciales ofrece un buen pronóstico y una mejor calidad de vida para los pacientes afectados. ¿Te interesa conocer cómo se diagnostica el cáncer de piel? A continuación te contamos.
En la actualidad existe una gran variedad de herramientas diagnósticas para las neoplasias cutáneas. La biopsia permite diferenciar las lesiones cancerígenas y definir el tratamiento. De igual forma, los métodos de imagen son útiles en la valoración de la diseminación del cáncer a otros órganos.
Examen físico en el diagnóstico del cáncer de piel
El examen físico integral por parte del médico especialista en dermatología es el primer paso en el diagnóstico del cáncer de piel. El mismo debe ir acompañado de una exploración completa en la que se interroguen los síntomas de la afección y los factores de riesgo.
Durante la evaluación física el médico identificará y estudiará a detalle toda lesión cutánea que presente características sugestivas de cáncer. Estudios recomiendan explorar todo bulto o mancha en la piel anormales en color, tamaño, forma y textura. Además, se deben considerar otros hallazgos sospechosos, como la presencia de múltiples lunares.
De igual forma, se realiza la palpación de los ganglios linfáticos cercanos a la lesión con el objetivo de buscar signos de metástasis. En algunos pacientes pueden manifestarse como nódulos o bultos molestos bajo la piel, los que aparecen producto de la inflamación del ganglio.
El dermatólogo emplea el dermatoscopio cuando evalúa y diagnostica las lesiones de cáncer de piel. El instrumento está constituido por una lente de aumento especial y una luz directa que permite ver con mayor claridad las manchas, los lunares y los bultos.
Pruebas de laboratorio para diagnosticar cáncer de piel
El médico puede indicar la realización de varias pruebas de laboratorio ante la presencia de una lesión sospechosa de cáncer. Las mismas no solo permiten descartar o confirmar la patología, sino que además ofrecen un panorama más amplio de la afección. La biopsia es la herramienta que diagnostica de forma definitiva el cáncer de piel.
Biopsia de piel
En la actualidad, la biopsia es el método más utilizado en la identificación y diferenciación de los distintos tipos de cáncer de piel. El especialista en dermatología realizará el procedimiento en caso de una lesión cutánea sospechosa de cáncer. La misma será extraída y enviada a un laboratorio patológico.
En algunos pacientes con carcinoma de células basales o de células escamosas, la extirpación de la lesión por biopsia puede resultar un tratamiento definitivo. Existen varias técnicas para realizar este procedimiento; la elección de la misma se basa en el tamaño de la lesión, la ubicación anatómica y el tipo de cáncer que se sospecha.
Dentro de los principales tipos de biopsias para cáncer de piel se encuentran los siguientes:
- Biopsia de afeitado o tangencial: es el método más empleado cuando se sospecha de cáncer de piel de tipo no melanoma. El médico rasura o afeita las capas superficiales de la piel con un bisturí quirúrgico, previa anestesia. Estudios afirman que este método no debe usarse en melanomas.
- Biopsia por punción: se inserta una herramienta delgada y hueca en el tejido afectado con el objetivo de extraer una muestra profunda de la lesión. En la mayoría de los casos, los bordes del sitio de extracción se suturan por la profundidad.
- Biopsia por escisión e incisión: se utiliza para examinar una masa o tumor que crece a varias capas de profundidad de la piel. Cuando es por escisión se extrae toda la lesión más un poco de tejido circundante, mientras que en la biopsia por incisión solo se extrae una parte.
Biopsia de ganglios linfáticos
El médico puede solicitar una biopsia de ganglios linfáticos al palpar ganglios aumentados de tamaño o firmes cercanos a la lesión de piel. Esto es con el objetivo de descartar la extensión linfática del cáncer o la metástasis.
El cáncer de células basales y de células escamosas se disemina a los ganglios linfáticos en raras ocasiones. Sin embargo, los melanomas tienen mayor potencial de malignidad y extensión metastásica.
Dentro de los tipos de biopsias de ganglio linfático se encuentran las siguientes:
- Biopsia por aspiración con aguja fina (FNA): se utiliza una jeringa con aguja fina y hueca para aspirar una pequeña muestra del ganglio afectado. Por lo general, es poco invasiva, no causa incomodidad y no deja cicatriz.
- Biopsia escisional de ganglios linfáticos: es la extracción quirúrgica de un ganglio linfático sospechoso de malignidad a través de una pequeña incisión en la piel. Se realiza cuando el tamaño del ganglio sugiere extensión linfática o cuando la biopsia FNA no arroja resultados satisfactorios.
- Biopsia de ganglio linfático centinela: es la identificación y extracción del primer ganglio al que drena el tejido afectado. Se indica cuando un melanoma tiene un grosor mayor a 0,75 milímetros y una tasa mitótica alta. Si el ganglio extraído muestra signos de cáncer es probable que la enfermedad ya se haya diseminado al resto de los ganglios.
Pruebas de mutación genética
En el cáncer de piel de tipo melanoma es de vital importancia la realización de pruebas de identificación de mutaciones y diferenciación genética. Las mismas se realizan en muestras o biopsias de la lesión cutánea extraídas con anterioridad. Estas permiten abordar a la neoplasia con terapias dirigidas para un mutación celular específica.
La Sociedad Americana de Cáncer estima que más del 50 % de los melanomas presentan mutaciones en el gen BRAF. De igual forma, otras que pueden verse involucradas en este tipo de cáncer de piel son de los siguientes genes:
- NRAS.
- NF-1.
- C-KIT.
- CDKN2A.
- MC1R.
- BAP1.
Análisis de sangre
Las pruebas de sangre forman parte del protocolo diagnostico y del seguimiento terapéutico del cáncer de piel. Las mismas son de gran importancia en los estadios avanzados de la enfermedad. Por lo general, se realizan antes, durante y después de la instauración del tratamiento.
El hemograma completo junto a la química sanguínea diagnostica y evalúa el funcionamiento de la médula ósea, los riñones y el hígado. De igual forma, dentro del perfil químico es vital la valoración de los niveles de lactato deshidrogenasa (LDH), una enzima cuyos valores elevados son sugestivos de un peor pronostico.
Pruebas de imagen para el diagnóstico del cáncer de piel
Los estudios de imagen son útiles para la identificación de diseminación a capas profundas o metástasis a otros órganos del cáncer de piel. En la mayoría de los casos son empleadas en los pacientes con formas avanzadas de la enfermedad cutánea.
Además, permiten dar seguimiento al tratamiento y reconocer posibles signos de reaparición. Estudios sugieren que la utilización de estas pruebas en estadios iniciales ofrece un mínimo beneficio diagnóstico para los pacientes.
Tomografía computarizada
La tomografía computarizada emplea rayos X aplicados en diferentes ángulos para obtener una imagen clara del interior del cuerpo humano. La misma es utilizada para identificar y medir las dimensiones de cualquier masa o tumor. Además, ofrece un panorama completo de todos los órganos.
Resonancia magnética
Este estudio de imagen utiliza un campo magnético alrededor del paciente para explorar el interior del organismo. Es de especial utilidad en la valoración de tejidos blandos. De igual forma, permite identificar extensiones metastásicas.
Ultrasonido
El ultrasonido o ecografía emplea ondas sonoras que rebotan sobre la superficie de los órganos internos para crear una imagen clara de los mismos. El médico suele emplearlo para evaluar los tejidos blandos y ganglios linfáticos cercanos a la lesión cutánea.
Además, durante la biopsia permite guiar y dirigir la aguja de extracción. Este es un método rápido y fácil de usar que no expone a radiaciones.
Tomografía por emisión de positrones (TEP)
La TEP es una prueba de imagen que permite diferenciar los procesos neoplásicos de aquellos tejidos cicatrizales o inflamatorios ubicados en el interior del cuerpo. Por lo general, es empleada en etapas avanzadas para la estadificación del cáncer y la determinación de recurrencias.
El método consiste en la administración endovenosa de glucosa radioactiva, la que viaja por el torrente sanguíneo y se acumula en las células con alto potencial neoplásico. Luego, un escáner especial crea una imagen detallada de las áreas marcadas con la radioactividad.
Estadificación del cáncer de piel
Una vez el médico especialista diagnostica el cáncer de piel, se procede a determinar la etapa o estadio en el que se encuentra. La estadificación permite conocer la gravedad de la afección y el abordaje terapéutico que debe ser aplicado. La misma depende de la exploración física, la biopsia y los estudios de imagen.
En el carcinoma de células basales y de células escamosas rara vez se realiza la estadificación, debido a su bajo potencial de diseminación y metástasis. La Comisión Conjunta Estadounidense sobre el Cáncer (AJCC) emplea el sistema de clasificación TNM para la valoración de este tipo de neoplasias en cabeza y cuello.
Clasificación TNM
La T hace referencia a las características propias del tumor, mientras la N se refiere a la extensión a ganglios linfáticos. La M es de metástasis. Esta información se combina con un proceso de agrupación por etapas o estadios.
La etapa 0 es la más temprana y corresponde al carcinoma in situ. El resto de los estadios van del 1 al 4, por lo que mientras mayor sea el número asignado, mayor será el nivel de extensión y diseminación de la neoplasia:
- Estadio 0: las células neoplásicas solo afectan la capa más externa de la piel o epidermis. En este punto la lesión no es invasiva.
- Estadio I: la lesión neoplásica es delgada y aun se mantiene en la superficie de la piel. Esta a su vez se divide en los subestadios IA y IB.
- Estadio II: la lesión cutánea es de mayor grosor y se extiende hacia la capa interna de la piel o dermis. En esta etapa el tumor tiene mayor potencial de propagación.
- Estadio III: es un tumor de cualquier tamaño o grosor que se extiende a nivel local o hacia un ganglio linfático cercano. Se divide en IIIA, IIIB, IIIC y IIID según el tamaño, la cantidad de ganglios afectados, la evidencia de extensión en tránsito y la presencia de ulceraciones.
- Estadio IV: en este punto la lesión neoplásica se ha diseminado por el torrente sanguíneo alcanzando otras regiones del cuerpo.
Diferenciales cuando se diagnostica cáncer de piel
Existe una larga lista de patologías de presentación similar al cáncer de piel. En algunos casos es necesario el apoyo de pruebas de laboratorio y de imagen que permitan diferenciar de forma definitiva las afecciones.
Dentro de las enfermedades con manifestaciones clínicas muy parecidas a las neoplasias cutáneas se encuentras las siguientes:
- Nevos displásicos y melanocíticos benignos
- Queratoacantoma.
- Hematomas subungueales.
- Hemangiomas.
- Queratosis actínica.
- Dermatofibromas.
- Granuloma infeccioso.
- Vitíligo.
No dudes en buscar atención médica
En la actualidad, el medico especialista es el único que diagnostica con certeza la presencia de cáncer de piel. Se debe buscar ayuda profesional lo antes posible ante la aparición de cualquier lesión cutánea extraña o ante la evidencia de cambios en lesiones ya existentes. La identificación temprana y el tratamiento oportuno son la clave para la resolución de este tipo de patologías.
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