Amitriptilina: ¿qué es y para qué sirve?
La depresión es una enfermedad que afecta a millones de personas alrededor del mundo sin hacer ningún tipo de distinción. El tratamiento de esta patología es complejo y debe involucrar una mezcla de terapias psicológicas y fármacos. La amitriptilina es uno de los compuestos que pueden emplearse… ¡Descubre más sobre ella a continuación!
En la actualidad, existen muchos medicamentos capaces de ayudar en el tratamiento de las enfermedades psiquiátricas. Todos ellos modifican la concentración de unas sustancias naturales llamadas neurotransmisores, prolongando o disminuyendo sus efectos en el organismo.
Múltiples estudios relacionan la depresión con alteraciones en 3 neurotransmisores en el encéfalo, la serotonina, la noradrenalina y la dopamina. En este sentido, el tratamiento antidepresivo se enfoca en modificar la concentración de alguna de estas sustancias.
¿Qué es la amitriptilina?
La amitriptilina es un fármaco perteneciente al grupo de los antidepresivos tricíclicos, por lo que aumenta la concentración de serotonina y noradrenalina en el organismo. Este medicamento también cuenta con propiedades analgésicas, por lo que es de utilidad en el tratamiento de otras afecciones.
La absorción intestinal del antidepresivo es muy buena, alcanza su concentración máxima en sangre en solo 4 horas y puede durar hasta 27 horas en el organismo. No obstante, su acción antidepresiva completa puede tardar entre 4 y 6 semanas en ser evidente.
En cuanto a la forma de administración de la amitriptilina, esta es por vía oral en forma de tabletas, las cuales se liberarán en el intestino para su absorción. La concentración de las tabletas puede variar entre 10, 25 y 75 miligramos dependiendo de la afección que se desee tratar.
¿Para qué sirve?
Al ser un antidepresivo tricíclico, la principal indicación para la amitriptilina es el tratamiento de la depresión. Esta es una enfermedad psiquiátrica muy frecuente alrededor del mundo, la cual se caracteriza por la apatía en la realización de actividades que resultaban placenteras.
Por otro lado, el fármaco también cuenta con propiedades analgésicas, por lo que puede emplearse como tratamiento profiláctico para la migraña. Además, estudios demuestran que es de utilidad en el tratamiento de algunos tipos de dolor neuropático, pudiendo mejorar la afección en el 25 % de los casos.
En el caso de los niños, puede ser indicada en el tratamiento de la depresión solo cuando los mismos son mayores de 12 años. También es un fármaco de segunda elección en el tratamiento de la enuresis, el cual es un síntoma que aparece en los niños pequeños por inmadurez del sistema nervioso y genera que mojen la cama en las noches.
Mecanismo de acción
La forma en la que actúan los antidepresivos tricíclicos aún no está del todo dilucidada. No obstante, se sabe que aumentan la concentración de serotonina y noradrenalina en las terminaciones nerviosas. Este aumento lo genera una inhibición en la recaptación de los neurotrasmisores.
La amitriptilina inhibe a los diversos transportadores encargados de reabsorber estas sustancias en la neurona presináptica. Esto generará que el neurotransmisor actúe más tiempo sobre el receptor correspondiente un mayor tiempo, aumentando el efecto del mismo en el organismo.
El aumento en las concentraciones de serotonina ayudará a mejorar la sintomatología psicológica de la depresión. Por su parte, el aumento de noradrenalina mejora los síntomas físicos, tratando así a la patología en todos los aspectos posibles.
Por otro lado, la amitriptilina también tiene un efecto anticolinérgico, es decir, disminuye el efecto del neurotrasmisor acetilcolina en el organismo. Esta sustancia es la encargada de provocar el vaciamiento vesical, lo que explica su utilidad en el tratamiento de la enuresis.
¿Cómo tomar amitriptilina?
En términos generales, el tratamiento con amitriptilina debe iniciarse con dosis bajas, las cuales pueden aumentarse de forma gradual. Todo esto se hace con la finalidad de evitar los posibles efectos secundarios, por lo que es de vital importancia seguir las indicaciones del especialista.
La dosis ingerida dependerá del paciente y de la afección que se desee tratar, no obstante, los pacientes pueden ingerir ente 2 y 4 cápsulas diarias para cumplir con la dosis. Las mismas deben tragarse enteras, sin masticar o triturar, con agua y de preferencia junto a los alimentos o después de los mismos.
Los adultos suelen iniciar ingiriendo 75 miligramos diarios para el tratamiento de la depresión. No obstante, la dosis puede aumentar hasta los 150 miligramos por día si es necesario. Una vez alcanzado el efecto deseado, el médico puede indicar una dosis de mantenimiento entre los 50 y los 100 miligramos diarios.
En el caso del dolor crónico o neuropático, la dosis inicial ronda los 25 y 50 miligramos diarios en una toma única. La dosificación puede aumentar hasta lograr la remisión de los síntomas. Por último, los niños pueden ingerir una dosis única entre los 10 y los 50 miligramos antes de dormir, todo dependerá de la edad del pequeño.
La suspensión del tratamiento debe ser de forma paulatina para evitar la aparición de síntomas adversos. A pesar de todo, es posible que las personas presenten irritabilidad, inquietud y alteraciones del sueño al disminuir la dosis ingerida durante algunos días.
Posibles efectos adversos
Tal y como sucede con todos las medicamentos comercializados, la amitriptilina puede generar efectos adversos en algunas personas. Sin embargo, los mismos no suelen ser severos y desaparecen por sí solos a los pocos días en la mayoría de los casos. Entre los efectos colaterales encontrados con mayor frecuencia destacan los siguientes:
- Náuseas.
- Vómitos.
- Debilidad.
- Somnolencia.
- Sequedad en la boca.
- Estreñimiento.
- Cambios en el apetito.
Muchos de estos efectos pueden deberse a la actividad anticolinérgica que posee el medicamento. Es importante consultar al médico si estos síntomas no desaparecen por sí solos después de una semana o si la severidad de los mismos aumenta. También se debe estar atento a la aparición de otros síntomas más severos como:
- Desvanecimientos.
- Convulsiones.
- Dolor aplastante en el pecho.
- Tinción amarilla en la piel.
- Dolores incontrolables en alguna parte del cuerpo.
Todos estos síntomas pueden indicar cuáles órganos importantes como el hígado o el corazón se están viendo afectados, por lo que se le debe informar al médico de forma inmediata.
Advertencias y contraindicaciones
La principal contraindicación para el consumo de amitriptilina es la alergia al principio activo o a alguno de los excipientes del compuesto. Estos pacientes pueden desarrollar una reacción alérgica severa, lo que los puede llevar a tener un shock anafiláctico y un compromiso respiratorio.
El medicamento también está contraindicado en aquellas personas que ha sufrido un infarto al miocardio reciente, arritmias o cualquier grado de bloqueo cardíaco. Además, las personas con enfermedades coronarias o insuficiencia hepática severa no deben consumir ese fármaco.
La ingesta por parte de niños menores de 6 años solo está recomendada en dosis bajas y con estricta supervisión médica. El compuesto también puede interactuar con otros fármacos dentro del organismo, por lo que no debe ingerirse si se están consumiendo inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAOs).
Las mujeres embarazadas y en período de lactancia deben consultar al médico antes de ingerir el medicamento. La amitriptilina se secreta a través de la leche y puede traspasar la membrana placentaria, lo que causaría efectos negativos en el bebé. En este sentido, su uso solo se recomienda cuando los beneficios superan los riesgos.
Amitriptilina: un medicamento útil y de sumo cuidado
El uso de los antidepresivos tricíclicos ha disminuido con el pasar de los años producto de la aparición de compuestos con menos efectos secundarios. Sin embargo, la amitriptilina se emplea cuando los otros antidepresivos han fallado. También es útil en el tratamiento de la enuresis y del dolor crónico.
Sin embargo, el consumo de estos fármacos debe realizarse bajo estricta prescripción médica y siguiendo las indicaciones del especialista. Los antidepresivos tricíclicos pueden provocar múltiples efectos secundarios que van desde confusión hasta convulsiones en los casos más severos.
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