Acné nodular: todo lo que debes saber

Las formas más severas de acné cursan con nódulos y otras lesiones profundas, que además dejan cicatrices notorias. Te contamos más a continuación.

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Escrito por Maite Córdova Vena

Última actualización: 17 junio, 2021

En el área de dermatología, uno de los motivos de consulta más frecuentes es el acné. Y aunque solemos pensar en este como el típico acné de la pubertad, en realidad es una condición que puede tener diversas manifestaciones y niveles de gravedad. En este sentido, una de las formas más severas de acné es el acné nodular o noduloquístico.

De hecho, este tipo de acné se califica como acné de grado 4, según la escala conocida como Investigator’s Global Assessment (IGA). Esto quiere decir que produce lesiones mucho más profundas y difíciles de tratar que otras formas de acné más comunes. Veamos más al respecto a continuación para entender el por qué.

Síntomas del acné nodular

Como su nombre lo indica, el acné noduloquístico se caracteriza por provocar la aparición de nódulos en la piel. Este tipo de lesiones inflamatorias e infiltrantes no siempre evolucionan a abscesos, como ocurre con frecuencia en el acné conglobata. No obstante, los nódulos pueden resultar muy dolorosos y dejar marcas notorias.

Los nódulos tienen aspecto de granos grandes (que pueden ser mayores de 1 centímetro de diámetro), muy hinchados, de tamaño redondeado y tono rojizo. No tienen una expulsión espontánea como los puntos negros y las espinillas. Por ello mismo resultan tan dolorosos y dejan fácilmente cicatrices notorias.

Respecto a los nódulos, los expertos aclaran lo siguiente:

Cabe destacar que los nódulos no son el único tipo de lesión que puede causar el acné nodular. Simplemente, estas vienen a ser las más destacadas, respecto al resto de las lesiones. Así, una persona con acné nodular también puede presentar puntos negros, pústulas y pápulas persistentes.

Por otro lado, es importante señalar que los nódulos no solo pueden afectar el rostro, el cuello y la parte superior del tronco. Puede extenderse por toda la zona del tórax y la espalda y alcanzar otras partes del cuerpo.

Además de las lesiones, es frecuente que los pacientes presenten seborrea, una alteración de las glándulas sebáceas que, como consecuencia, hace que la piel presente una cantidad de sebo exagerada.

A diferencia de lo que se suele pensar en primera instancia, el acné nodular y el conglobata no son lo mismo. El segundo viene a ser una variante del primero, junto con el acné fulminante y el pioderma facial.

Causas

El acné es una condición cutánea que no tiene una única causa, sea cual sea su tipo. Así lo confirman numerosos estudios, como que se publicó en la revista Archivos Venezolanos de Farmacología y Terapéutica. En este también se exponen los diversos factores que influyen en la aparición del acné:

Por otro lado, se considera que la incidencia del acné nodular es mayor en hombres (adolescentes y adultos jóvenes). Aunque también puede afectar a las mujeres adultas, sobre todo, aquellas que padecen de síndrome de ovario poliquístico, según indican las hipótesis de las últimas décadas.

Tratamiento

Desafortunadamente, contra este tipo de acné no son efectivos los tratamientos de venta libre ni los productos de limpieza para la piel (jabones, geles, exfoliantes, cremas, etc.).

• El tratamiento del acné nodular debe ser intensivo. Puede incluir un antibiótico oral, retinoides, peróxido de benzoilo y emolientes.
• En el caso de las mujeres, se puede considerar el tratamiento hormonal.
• Como se indica en la literatura científica, es común que se incluya isotretinoína en el tratamiento del acné noduloquístico grave, así como también el acné comedoniano o papulopustuloso que es resistente a los tratamientos tópicos y los antibióticos sistémicos más recientes.

Vivir con acné nodular

No es recomendable que las personas con acné noduloquístico intenten manipular sus lesiones en casa. Esto no solo puede causar más dolor e inflamación, sino que además puede hacer que las lesiones (y después, las cicatrices) sean aún más profundas y difíciles de tratar.

Para bajar la inflamación o mitigar el dolor, se puede recurrir a las compresas de hielo (siempre envueltas en una gasa o paño de tela limpio y fino, para prevenir quemaduras en la piel). Y en casos más severos, el médico podría indicar las inyecciones de cortisona, aunque estas tienden a dejarse como último recurso.

Como recomendación final, destacamos la importancia de acudir al dermatólogo ante cualquier agravamiento o inquietud que pueda surgir a lo largo del tratamiento. De esta manera, no solo se podrá abordar el problema de la forma más adecuada, sino que además se podrá prevenir un mayor daño a la piel.