¿Cuánto tiempo puedo estar sin beber?
Beber es una de las necesidades fisiológicas básicas, junto con comer. Es preciso reponer líquidos de manera continua para conseguir mantener un buen estado de salud. De lo contrario, podrían generarse alteraciones que pusiesen en riesgo la vida. De hecho, la deshidratación es especialmente peligrosa en niños y en personas mayores.
Antes de nada, has de saber que al día se necesitan por lo menos un par de litros de agua para que el cuerpo funcione correctamente. Esta se aporta por medio de las bebidas, aunque también a través de los alimentos. Muchos comestibles, como los de origen vegetal, cuentan con una concentración significativa de agua en su interior, por lo que supone un porcentaje representativo del total diario.
¿Cuántos días se puede vivir sin agua?
El organismo aguanta hasta 5 días sin ingerir agua. Aunque esto dependerá mucho de las condiciones atmosféricas bajo las que se encuentre. En climas húmedos y calurosos, la vida se agotará antes, ya que se experimentará una mayor transpiración y pérdida de líquidos. Ahora bien, en circunstancias ideales esto sería lo máximo que se podría estar sin beber.
Los signos de la deshidratación se manifiestan mucho antes. En concreto, cuando se pierde un 3 % del agua corporal total ya se pueden experimentar alteraciones fisiológicas, como una reducción significativa del rendimiento deportivo. Se sufrirá también un incremento de la temperatura corporal, que poco a poco se volverá realmente peligrosa para la salud.
Es muy probable que antes de los 5 días la persona ya no sea capaz de valerse por sí misma, si presenta síntomas marcados de la deshidratación. Enseguida se alterará el funcionamiento de los órganos, generando una situación de fatiga y de cansancio constante que imposibilite hasta la bipedestación.
El agua es un líquido fundamental para la vida
Hay que destacar que el agua es uno de los componentes mayoritarios del organismo. Forma parte de todos los tejidos del cuerpo, permitiendo así la funcionalidad de los mismos. Además, posibilita el transporte de sustancias y de nutrientes entre los diferentes órganos. Incluso sirve como medio para el desarrollo de muchas reacciones químicas que tienen lugar a diario en el interior del ser humano.
En el caso de que el porcentaje de agua se reduzca, enseguida se empezarán a manifestar alteraciones a nivel fisiológico. Los riñones comenzarían a sufrir en sus labores de filtrado y excreción. Asimismo, podrían sufrir un daño irreparable si la situación de deshidratación se mantiene en el tiempo. Por este motivo, no es bueno estar mucho tiempo sin beber.
No obstante, el cuerpo humano cuenta con una serie de mecanismos para protegerse de momentos en los cuales la ingesta de agua no es suficiente. Es capaz de ahorrar líquidos mediante una reducción en el volumen de orina y sudor. De este modo, también se concentrarán las toxinas en determinados órganos, por lo que no se trata de un proceso exento de riesgos.
¿Qué pasa si el cuerpo se queda sin el agua que necesita para funcionar?
Se estima que el organismo precisa al menos 8 vasos de agua mineral al día para funcionar de forma correcta. Si no se satisfacen dichas necesidades podrían experimentarse infecciones urinarias. De hecho, se propone que la deshidratación en algunas regiones es uno de los grandes problemas de salud pública, tal y como afirma una investigación publicada en Annals of Medicine.
Cada año mueren cientos de personas por esta causa, siendo el problema más preocupante en niños y en ancianos. La cuestión no es que mucha gente no tenga suficiente agua como para satisfacer los requerimientos del cuerpo, sino que ni siquiera el acceso a una variedad potable está garantizada. Esto incrementa el riesgo de desarrollar gastroenteritis, una patología que ha demostrado acelerar los procesos de deshidratación.
¿Cuánto es el máximo tiempo que ha aguantado un humano sin beber?
A día de hoy, el récord del mundo de mantenerse vivo sin ingerir agua lo ostenta Mahatma Gandhi, en una protesta contra los derechos humanos. Inició una huelga de hambre en la que no comió durante 21 días. De hecho, también restringió los líquidos, consumiendo apenas unos pequeños sorbos de agua. No obstante, se trata de una situación límite a la cual no se debe llegar.
Si bien es cierto que se pueden aguantar algunas semanas sin comer, el organismo no es capaz de sobrevivir tanto tiempo sin líquidos. Las reservas energéticas del cuerpo permiten satisfacer las necesidades cerebrales durante un periodo de tiempo significativamente largo. Por su parte, el agua se pierde de manera más acelerada. No existen apenas reservas de líquido, y cuando se experimenta una deshidratación, baja rápidamente el volumen de la sangre.
Signos de la deshidratación
La deshidratación causa diferentes tipos de síntomas. Por ejemplo, según un estudio publicado en la revista Neurogastroenterology and Motility, se pueden experimentar molestias intestinales como calambres cuando esta se mantiene con el paso del tiempo. Hay que diferenciar un proceso de deshidratación agudo de las situaciones crónicas. Bajo este último contexto la salud se puede ir dañando poco a poco, hasta causar patologías graves.
Entre los primeros síntomas destacan la fatiga, la irritabilidad, los mareos, las náuseas y el estreñimiento. Incluso puede experimentarse una pérdida de peso a partir de la reducción de los líquidos. Con esto hay que tener mucho cuidado, ya que algunos atletas practican procesos de deshidratación intencionados para entrar en una determinada categoría de peso.
A pesar de que existen mecanismos dietéticos para lograrlo perdiendo la menor cantidad de rendimiento posible, no se trata de una práctica exenta de riesgos. De hecho, la literatura científica postula una serie de protocolos para alcanzar el éxito y para maximizar la seguridad. Aun así, a lo largo de la historia reciente se han producido fallecimientos por un mal manejo de estas situaciones.
Síntomas de la deshidratación severa
Según avanza el proceso de deshidratación, poco a poco se pueden ir manifestando síntomas más agresivos, entre los que destacan la bajada de la presión arterial, la fiebre, el incremento en la velocidad de los latidos del corazón, los ojos hundidos… Llega un momento en que hasta se elimina el sudor y se vuelve imposible producir lágrimas, todo con el objetivo de ahorrar la mayor cantidad de líquido posible.
¿Se puede beber agua para aliviar la deshidratación?
Cuando se ha desarrollado un proceso de deshidratación severa, puede no ser adecuado consumir agua como tal para solucionarlo. El equilibrio hidroelectrolítico podría estar alterado, dando lugar a un desbalance. Un ejemplo típico sería el de la hiponatremia (bajas concentraciones de sodio en sangre), tal y como afirma una investigación publicada en la revista Journal of the American Society of Nephrology.
En estos casos, se suele recurrir a una serie de soluciones específicamente formuladas. Incluso puede llegar a ser precisa su administración por vía intravenosa, para evitar así que la pérdida de líquido continúe y que se ponga en riesgo la vida. Lo cierto es que hay que tener mucho cuidado con la administración de líquidos en este estado y con la concentración en sales de los mismos. Un error aquí resultaría fatal.
Por ello, lo mejor siempre resulta adoptar una serie de medidas preventivas. Lo más adecuado es beber agua diariamente, en cantidades superiores al litro y medio. Asimismo, será determinante incluir en la pauta alimentos como los vegetales, con concentración significativa de líquido en su interior.
¿Es posible beber zumos y refrescos para prevenir la deshidratación?
Es importante destacar que la mejor herramienta para asegurar un buen estado de hidratación es el agua. Los refrescos cuentan en su interior con una cantidad excesiva de azúcares simples. Estos elementos no solo han demostrado ser nocivos para la salud metabólica, sino que podrían alterar también la capacidad de filtrado de los riñones. Estamos hablando de líquidos con una elevada cantidad de solutos, lo que obliga a los órganos excretores a trabajar más.
Los zumos no resultan mejor opción, en líneas generales. Cuentan en su interior con azúcares presentes naturalmente en la fruta. También aportan antioxidantes y flavonoides, pero esto no compensa el impacto que generan sobre la glucemia. Siempre es mejor opción consumir la fruta como tal, tanto para la salud en general como para el equilibrio hídrico en particular.
Por descontado queda que el alcohol es un líquido capaz de ejercer el efecto contrario a la hidratación. Aumenta la expulsión de líquido por medio de la orina, debido a su capacidad diurética. En este sentido, podría agravar los efectos de la deshidratación, además de provocar otros daños en varios órganos del cuerpo humano. Lo mejor es restringirlo de la pauta para mejorar la salud a medio plazo.
El cuerpo no aguanta mucho tiempo sin beber
Como has podido comprobar, no es posible pasar más de una semana sin beber agua. Por este motivo, será preciso asegurar un buen estado de hidratación, ya que de lo contrario pronto se notarán las consecuencias. Los síntomas irán en aumento y pueden ser enseguida incapacitantes, por lo que aunque la persona se encuentre viva, su organismo no será para nada funcional.
Recuerda que cuando hablamos de una dieta adecuada no solo nos referimos a los alimentos que se ingieren, sino también a las bebidas que se consumen. Para evitar problemas, habría que asegurar al menos 8 vasos de agua mineral fresca en la pauta diaria. Es cierto que bajo algunas patologías puede ser preciso restringir líquidos, pero en la mayor parte de los casos es mejor incrementar su aporte.
Por último, ten en cuenta que si practicas deporte las necesidades hídricas pueden verse drásticamente aumentadas. En esta situación, se pierde más cantidad de líquido mediante el sudor, por lo que hay que compensar dicha excreción. Para ello habrá que ajustar la pauta de hidratación, asegurando siempre la administración de electrolitos en cantidades óptimas.
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