6 alimentos que pueden afectar a tu tiroides

Te vamos a mostrar cuáles son los alimentos que pueden afectar al funcionamiento de la glándula tiroides en caso de que se sufra alguna patología previa.
6 alimentos que pueden afectar a tu tiroides
Saúl Sánchez

Revisado y aprobado por el nutricionista Saúl Sánchez.

Escrito por Saúl Sánchez

Última actualización: 06 noviembre, 2022

Existen una serie de alimentos que pueden afectar a la tiroides cuando se introducen en la dieta de forma regular. Ahora bien, esta reacción no siempre es negativa. En algunos casos cuentan con nutrientes que benefician su función, logrando así una mejor respuesta y un equilibrio a nivel hormonal. Te vamos a enseñar cuáles has de incluir en las rutinas y cuáles se deben evitar.

Plantear una pauta variada y equilibrada es primordial para mantener un buen estado de salud. Aun así, en ciertas ocasiones pueden llegar a desarrollarse patologías crónicas y complejas. Si este es el caso, además del tratamiento farmacológico, puede ser preciso realizar alguna modificación a nivel nutricional para lograr un mejor manejo.

Alimentos que pueden afectar a la tiroides

A continuación vamos a comentar cuáles son los principales alimentos que pueden afectar a la tiroides. No quiere decir que no se puedan consumir nunca si causan un perjuicio, pero sí que habrá que controlar su ingesta para no interferir en la correcta función de la glándula.

1. Cereales con gluten

El gluten es una proteína que ha generado bastante controversia entre los expertos en nutrición. En líneas generales no hay motivos para desaconsejar su consumo, al menos cuando hablamos de personas sanas.

Sin embargo, si existen alteraciones neurológicas o de tipo autoinmunitario podría ser preciso limitar su presencia en la pauta para no provocar un incremento de la sintomatología. Una opción es consumir cereales sin gluten.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Annals of Agricultural and Environmental Medicine, los pacientes de hipotiroidismo de Hashimoto han de evitar la presencia del gluten para no provocar una sobreexcitación del sistema inmunitario que pueda reflejarse de forma negativa sobre el funcionamiento de la tiroides. Y es que los antígenos podrían confundir a las células de defensa, generando reacciones inoportunas.

No obstante, en estos casos siempre es prudente comprobar la tolerancia individual. Algunos pacientes pueden no ver incrementada la sintomatología cuando la cantidad de la proteína en la dieta es baja.

Al fin y al cabo no en todos los casos hay que ser tan restrictivos como cuando se desarrolla la enfermedad celíaca. Aquí sí que hay que limitar totalmente el contacto con dicha proteína y con sus trazas.

2. Brócoli

Los alimentos que eliminan el ardor del estómago incluyen el brócoli
En personas sanas, el consumo regular de brócoli genera numerosos beneficios para la salud.

Las verduras crucíferas se consideran muy positivas para la salud. Cuentan en su interior con antioxidantes de alta potencia que neutralizan la formación de los radicales libres y su posterior acumulación en los tejidos del organismo.

Por este motivo es bueno que aparezcan en la pauta de manera regular, para contribuir a generar y a mantener un buen estado de salud. Sin embargo, habrá que limitar su consumo en el caso de personas con hipotiroidismo.

En líneas generales las crucíferas concentran goitrógenos, compuestos que dificultan la absorción posterior del yodo. Este mineral es clave para la síntesis de hormonas tiroideas, por lo que si no se aprovecha como se debiera, puede que existan problemas a la hora de regular la tasa metabólica. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Endocrine, Metabolic & Immune Disorders Drug Targets.

No obstante, es clave comentar que el brócoli es una buena fuente de fibra. Los expertos comentan que podría aparecer de forma puntual en la pauta de las personas con alteraciones en la tiroides, siempre y cuando no se abuse del mismo. Por ello no se debe excluir por completo. Al fin y al cabo estamos hablando de uno de los vegetales con más propiedades beneficiosas para el organismo.

3. Soja

La soja cuenta con isoflavonas en su interior, fitoestrógenos que pueden alterar el funcionamiento de la tiroides cuando se experimenta un déficit de yodo. No obstante, hablamos de un vegetal que puede contribuir a la hora de garantizar un buen estado de salud en la mujer.

Por ello no hay que evitar su ingesta completamente, sino solo moderarla. En este sentido, será clave manejar de forma correcta el consumo de minerales para asegurar que dichos fitoelementos no ejercen una acción negativa.

4. Alimentos con azúcar añadido

El azúcar es el combustible principal para la realización de actividades de alta intensidad. Los deportistas necesitan una buena cantidad del mismo en sus rutinas dietéticas para rendir y para recuperar adecuadamente.

Sin embargo, cuando hablamos de personas sedentarias o con patologías la situación cambia. Y es que este compuesto puede incrementar los niveles de inflamación en el medio interno, aparte de dificultar el control del peso corporal.

Tal y como afirma un estudio publicado en la revista Current Diabetes Reports , la ingesta regular de azúcares simples aumentaría la incidencia de la diabetes de tipo 2 cuando no existe práctica deportiva de alta intensidad.

El problema se complica todavía más en personas con alteraciones en el funcionamiento de la tiroides. En estos casos el gasto energético se encuentra deprimido, lo que puede facilitar la acumulación en forma de grasa y el posterior aumento de la inflamación y de la oxidación en el medio interno.

Eso sí, no estamos diciendo que se deban suprimir los carbohidratos dietéticos. Solamente que habrá que tener cuidado con los de tipo simple, para que no generen alteraciones metabólicas mayores. Se pueden seguir consumiendo productos como las legumbres y los tubérculos para asegurar un buen estado de energía y conseguir un aporte de fibra suficiente que evite el estreñimiento.

5. Embutidos

Los alimentos que afectan la tiroides incluyen los embutidos
A pesar de que la ingesta puntual de embutidos no representa un peligro, abusar de ellos suele ser contraproducente.

Los embutidos suelen presentar en su interior una cantidad elevada de aditivos artificiales de mala calidad, como los nitritos. Estos han demostrado incrementar el riesgo de desarrollar patologías complejas cuando se consumen con frecuencia.

Por ello lo mejor es limitar su presencia en la pauta, dejando esta clase de productos para momentos muy puntuales. Eso sí, no todos los embutidos son de mala calidad, ya que algunos no concentran conservantes. Habrá que fijarse bien en el etiquetado para diferenciarlos.

Además de los aditivos, los embutidos son fuente de grasas de muy mala calidad. Pueden encontrarse ácidos grasos de tipo trans en su interior. Estos compuestos incrementan los niveles de inflamación en el medio interno, según un estudio publicado en la revista Advances in Nutrition. Por culpa de ello pueden entorpecerse las diferentes reacciones fisiológicas que tienen lugar en el medio interno.

Normalmente esta clase de lípidos han de evitarse bajo cualquier contexto. Pero cuando se ha desarrollado alguna patología que afecta al perfil hormonal será importante que todavía se reduzca mucho más su consumo. Al fin y al cabo pueden interferir en la producción de elementos como hormonas tiroideas y sexuales, además de cortisol. Esto genera una serie de implicaciones negativas sobre el estado de salud.

6. Carne roja

Por último vamos a hablar de un producto que puede afectar positivamente al funcionamiento de la tiroides. Es la carne roja. Este alimento cuenta con mucho selenio en su interior. Dicho elemento es clave para mantener a la glándula con suficiente eficiencia en el desarrollo de sus funciones.

Así lo indica una investigación publicada en Current Opinion in Endocrinology, Diabetes and Obesity. Funciona como un poderoso antioxidante, por lo que será importante para evitar patologías crónicas.

Al fin y al cabo cuando nos referimos a la carne estamos designando a un comestible de alta densidad nutricional. Es fuente de varios minerales esenciales y de proteínas de alto valor biológico que tienen todos los aminoácidos en su interior, además de presentar una buena puntuación en cuanto a digestibilidad. En líneas generales ha de aparecer en la dieta de forma frecuente.

En la actualidad se sabe que la carne fresca no es nociva para la salud. El problema viene dado por el procesamiento que sufre en algunas ocasiones y por la adición de aditivos artificiales de mala calidad, como es el caso de los nitritos.

Eso sí, habrá que cuidar los métodos de cocción. Siempre es preferible cocinarla a temperaturas moderadas evitando brasas y otros mecanismos que puedan generar humos y compuestos tóxicos.

Tampoco será positivo abusar de las vísceras. Estas son fuente de micronutrientes esenciales, pero pueden contener elementos que han de ser depurados posteriormente por el hígado y por los riñones. De este modo, se podría incrementar la presión sobre dichos órganos, lo que daría lugar a un empeoramiento de sus funciones.

Conoce los alimentos que pueden afectar a la tiroides

Existen bastantes alimentos que pueden afectar al normal funcionamiento de la tiroides, tanto para bien como para mal. Es importante conocerlos para modular su presencia en la dieta, enfatizando el consumo de aquellos que generan un beneficio. Ahora bien, en muchos casos los alimentos considerados como nocivos solo lo son en condiciones patológicas, no cuando la glándula está funcionando de forma correcta.



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