Cuperosis: todo lo que debes saber

Una de las posibles causas del enrojecimiento de la piel es la cuperosis. Ahora, ¿es esta un sinónimo de lo que normalmente entendemos como "piel sensible"? Te lo explicamos en detalle.
Cuperosis: todo lo que debes saber
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 28 agosto, 2021

La cuperosis es uno de los tipos de enrojecimiento de la piel. Ahora, ¿en qué consiste? ¿Se trata de algún tipo de enfermedad crónica? ¿Qué consecuencias puede tener para la salud de la piel y el resto del cuerpo? Esta y otras dudas las responderemos a continuación.

En ocasiones, la piel se enrojece de manera leve y temporal. Por ejemplo, cuando hace mucho frío o nos sentimos especialmente acalorados. También cuando nos bebemos una copa de vino, tomamos una comida muy caliente, o cuando nos damos una ducha caliente muy larga. En esos casos, no constituye un motivo de preocupación.

Cuando la piel del rostro se enrojece fácilmente por factores como los ya mencionados o estrés, la rojez persiste y se pueden apreciar pequeños vasos dilatados en varias partes del mismo, esto es lo que se conoce como cuperosis. 

Al respecto, la Dra. Ana Molina, dermatóloga, profesora de Dermatología en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y divulgadora científica, explica lo siguiente a través de sus redes sociales:

“En la mayoría de personas, el enrojecimiento cede enseguida, pero en estos pacientes, los vasos sanguíneos se van dilatando poco a poco, y terminan siendo visibles a través de la piel en forma de rojeces permanentes o arañas vasculares”.

Es común confundir la cuperosis (una condición fisiológica de la piel) con otros tipos de enrojecimiento, como la rosácea (una enfermedad) o la piel sensible (un concepto más general para referirse a pieles intolerantes o hiperreactivas a factores ambientales).

Síntomas

La cuperosis origina enrojecimiento
Los síntomas pueden limitarse a la región facial, que aparenta estar enrojecida y, por fortuna, suele ser de forma temporal.

Como ya comentábamos, el principal síntoma de la cuperosis es el enrojecimiento difuso de la piel (flushing, en inglés) que se produce con facilidad ante diversos estímulos. Este enrojecimiento puede volverse permanente en algunos casos.

El enrojecimiento se acompaña por la aparición de pequeñas venas varicosas. Estas suelen aparecer en el área de las mejillas y los pómulos, así como también en las aletas de la nariz y el mentón.

De acuerdo con un artículo publicado en el portal de Elsevier, en la primera fase de la cuperosis, el enrojecimiento y la congestión afectan la zona media del rostro, por periodos de tiempo cortos. En la segunda fase, aparecen las telangiectasias, de color rojizo o rojo-violáceo y la rojez se hace más persistente.

Causas

Como produce pequeñas várices en varias partes del rostro, hay quienes consideran que la cuperosis está asociada a problemas de microcirculación que afectan a los vasos sanguíneos. Suele ser más frecuente en mujeres con tez clara, fina y piel sensible.

Algunos de los desencadenantes más comunes son la exposición excesiva al sol, el consumo de alcohol, el café, el tabaco, los cambios bruscos de temperatura, la comida picante, los trastornos digestivos, el uso de corticoides tópicos de manera continua, el estrés y las emociones intensas.

Hay quienes consideran que la cuperosis es una forma temprana de rosácea.

Prevención

Es necesario cuidar la piel con cuperosis adecuadamente para que con el tiempo no derive en rosácea después de los 35 años de edad. Para ello, además de evitar los factores desencadenantes, es necesario hidratar la piel y protegerla del sol a diario.

Los productos para el cuidado diario deben ser acordes al tipo de piel. De esta manera, se le podrá brindar a la piel la limpieza, hidratación, humectación y protección que necesita para mantenerse lo más saludable posible y tener un buen aspecto. El maquillaje también debe ser especial para pieles sensibles.

Como la piel de las personas con cuperosis tiende a ser fina, en su caso se hace necesario evitar todos los productos que puedan causar irritación, como los exfoliantes (químicos o mecánicos) y los peelings. 

Al momento de darse una ducha o un baño, es importante tener prudencia con el tiempo y la temperatura del agua. Los saunas no son una opción recomendable.

Evitar el consumo de alcohol y café y mantener una dieta equilibrada también es recomendable. Y a la hora de comer, sería bueno evitar tanto las comidas y bebidas muy calientes como lo picante, ya que suelen agravar el enrojecimiento de la piel.

Si bien no es posible controlar el tiempo, sí es posible tomar previsiones para proteger la piel del viento, el frío y el calor.

A la par de todo lo anterior, también se hace necesario cuidar la salud emocional. El nerviosismo, el estrés y otras fuentes de malestar psicológico deben gestionarse adecuadamente tanto para prevenir que los síntomas empeoren como para disfrutar de una buena calidad de vida.

Tratamiento

La cuperosis requiere una evaluación médica
El diagnóstico y el tratamiento de la cuperosis están reservados para el dermatólogo, quien puede hacer uso de numerosas herramientas para tales fines.

En el artículo citado anteriormente, se exponen las distintas opciones de tratamiento de la cuperosis. Estas abarcan lo siguiente:

  • Láser vascular: permite mejorar las reacciones vasomotoras y lograr la eliminación de las telangiectasias.
  • Electrocoagulación: es un procedimiento sencillo que aunque no mejora el eritema de fondo y puede causar molestias, es útil para tratar los vasitos más superficiales en algunos casos.
  • Tratamiento cosmético: combina las medidas de prevención (que también sirven como autocuidados) con algunas recomendaciones, tales como:
    • Evitar el uso de productos cosméticos con alcohol. También los disolventes en elevadas concentraciones (como el propilenglicol y el etanol).
    • Desmaquillarse o limpiar el rostro con leches y tónicos desmaquillantes sin alcohol.
    • Usar un pan dermatológico adecuado para pieles sensibles (que son como pastillas de jabón, pero sin tensioactivos irritantes).
    • Tener precaución con los productos cosméticos que contengan ciertos conservantes, pues pueden causar irritaciones.

Solo un dermatólogo puede realizar el tratamiento de la cuperosis. Por ello, no se recomienda recurrir a productos de venta libre ni remedios caseros para pieles sensibles. Es preferible esperar y recibir las pautas del especialista, que arriesgarse y luego sufrir complicaciones, y no obtener los resultados deseados.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.