¿Qué es el dermografismo?

El dermografismo es un trastorno poco frecuente que produce líneas en la piel por el contacto. Veamos qué es exactamente y cómo se puede tratar.
¿Qué es el dermografismo?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 20 agosto, 2021

El dermografismo, también conocido como dermatografismo, urticaria factitia o escritura sobre la piel, es un trastorno que se caracteriza por erupciones o lesiones cutáneas por la presión. De acuerdo con la American Osteopathic College of Dermatology (AOCD), afecta al 2-5 % de la población general. La mayoría no la trata y desconoce las características de la condición.

Las manifestaciones se producen ante cualquier tipo de presión sobre la piel, sin importar que esta sea suave o fuerte. Por ejemplo, y en función de la sensibilidad de cada paciente, un abrazo o una caricia de varios segundos puede provocar los episodios. Hoy te comentamos de qué trata y cómo se puede tratar.

Síntomas del dermografismo

El dermografismo tiene varias presentaciones clínicas
Los síntomas del dermografismo pueden llegar a ser sutiles en algunos pacientes. Por ello, la autoevaluación constante es importante para detectar el problema.

Lo primero que tienes que saber de esta condición es que, en teoría, no se le considera una alergia. Sus signos pueden hacer creer a los pacientes que sí lo es, en especial porque algunos cuentan con un historial médico de alergias (en especial dermatitis). El dermografismo se divide en dos tipos: simple y sintomático. En el primer caso, las personas desarrollan lo siguiente:

  • Lesiones rojizas que se manifiestan con relieve.
  • Hinchazón en la zona de contacto.
  • Inflamación.

Los pacientes con esta condición pueden dibujar sobre su piel líneas o figuras, y estas se marcarán con base en los signos anteriores. De acuerdo con Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD), aparecen luego de 30 minutos y desaparecen en promedio luego del mismo tiempo.

No es necesario que se haga presión en la piel de forma voluntaria para que el trastorno cutáneo se presente. Cualquier tipo de presión lo puede desencadenar: secarse con una toalla, rozarse durante el deporte y lavarse las manos son algunos ejemplos de acciones que lo pueden provocar.

Quienes desarrollan dermografismo sintomático presentan los mismos signos, salvo que esta vez se acompañan de urticaria. Estos casos son menos frecuentes que el primer tipo, y por lo general son crónicos. La evolución del trastorno es muy inestable: puede durar semanas, meses, años o desarrollarse de forma intermitente durante toda la vida de los diagnosticados.

Causas del dermografismo

No se conoce la causa exacta del dermografismo. Algunos investigadores teorizan que la liberación de histamina puede tener un papel protagónico, aunque hasta el momento no se han encontrado los alérgenos responsables de que esto ocurra.

Otros estudios señalan un enfoque multifactorial, en el cual la ingesta de medicamentos, la predisposición genética, las enfermedades sistémicas y los agentes infecciosos son los culpables de los brotes. El problema es que el trastorno se presenta en un grupo muy heterogéneo de pacientes, de manera que no es posible establecer características en común.

Se cree que es más frecuente durante las primeras dos décadas de vida, así como en pacientes que suelen tener la piel deshidratada. Esto explica, al menos de forma parcial, por qué personas con dermatitis pueden presentar el trastorno. No se concentra en zonas específicas del cuerpo, aunque las líneas son más visibles en los brazos, la espalda y el pecho.

La evidencia señala además que, aunque no es su factor desencadenante, el estrés puede estar relacionado con el dermografismo. Los casos son benignos, aunque pueden ocasionar molestias, frustración e incomodidad en los pacientes. Esto ocurre en especial con la variante sintomatológica.

Diagnóstico del dermografismo

El diagnóstico de la condición por lo general consiste en descartar desencadenantes alérgicos. El especialista valorará el historial clínico del paciente, los síntomas y la predisposición familiar antes de efectuar cualquiera de las pruebas de exposición a alérgenos. Dado que su manifestación no está relacionada con ellos, los resultados para los exámenes serán negativos.

Para comprobar la gravedad de los síntomas, el médico puede usar un dermografómetro. Se trata de un instrumento en forma de bolígrafo que se usa para aplicar distintos niveles de presión sobre la piel.

Si el paciente está en medio de un episodio, este debería ser suficiente para confirmar el trastorno. Como opción de descarte, también se pueden hacer pruebas de sangre en busca de marcadores de alergias.

Opciones de tratamiento

El dermografismo puede controlarse
Como el dermografismo puede empeorar con el roce constante, es recomendable utilizar ropa holgada y cómoda durante el ejercicio físico.

Dado que se desconocen sus causas exactas, en la actualidad no existe un tratamiento estándar para el dermografismo. Algunos pacientes mejoran luego de la ingesta de antihistamínicos, así que el especialista puede optar por ellos si los síntomas son muy agudos.

La naturaleza benigna de la condición debe tranquilizar a los pacientes sobre la imposibilidad de un pronóstico negativo. Sin embargo, se recomienda que estos incluyan una serie de hábitos en su rutina para reducir la prevalencia de los brotes. Entre los más importantes destacamos los siguientes:

  • Evita bañarte con agua caliente.
  • Reduce la exposición de tu piel al sol (los episodios empeoran si haces lo contrario).
  • Evita usar ropa muy apretada o fabricada con materiales que generan fricción.
  • Mantén tu piel humectada.
  • Considera practicar un deporte con menos contacto físico.
  • Trata de no usar accesorios que puedan generarte fricción durante los episodios (collares, aretes, relojes y demás).
  • No dibujes sobre la piel a modo de juego en medio de una exacerbación. Pueden quedarte cicatrices permanentes.
  • No uses productos irritantes como jabones, detergentes, champús y demás.
  • Evita el estrés diario.
  • Trata de mantener un dieta saludable y dormir 8 horas al día.

Si cumples todo esto, la condición debería manifestarse con menos frecuencia, y de hacerlo lo hará con síntomas leves. Los episodios no son contagiosos, de manera que los pacientes deben educar a familiares, amigos y colegas en caso de que así lo piensen. Si crees que los brotes están fuera de control, no dudes en consultar con un dermatólogo para probar con alguna terapia.



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