Paro cardíaco vs. infarto: ¿cuál es la diferencia y cómo reconocerlos?

Es común confundir los términos «infarto del miocardio» y «paro cardíaco», pero en realidad existen varias diferencias que resulta conveniente conocer.
Paro cardíaco vs. infarto: ¿cuál es la diferencia y cómo reconocerlos?
Laura Herrera

Escrito y verificado por la médica Laura Herrera.

Última actualización: 13 julio, 2023

El corazón es un órgano susceptible de ser afectado por diversas enfermedades , entre las cuales los términos más conocidos son el infarto y el paro cardíaco. En este artículo, abordaremos las principales diferencias entre estas dos condiciones.

Para que el corazón funcione de manera correcta, se requiere una estructura sana, un adecuado flujo sanguíneo y un rendimiento óptimo de su sistema eléctrico . Cuando alguno de estos tres aspectos se ve comprometido, se produce una alteración en su funcionamiento, lo que se conoce en términos médicos como enfermedades cardiovasculares.

Cuando nos referimos al « paro cardíaco » y al « infarto de miocardio » , ambos términos forman parte de las enfermedades cardiovasculares , las cuales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) son la principal causa de muerte a nivel mundial.

Dejando a un lado esta similitud, existen diferencias significativas entre ambas patologías, lo cual implica que requieran tratamientos distintos. Es importante tener en cuenta que ambas representan una emergencia médica y requieren una evaluación inmediata por parte del personal médico, ya que la vida del paciente se encuentra en peligro.

¿Qué es un infarto?

En medicina, el término infarto se utiliza para describir un proceso anormal caracterizado por la muerte de las células de un tejido debido a la falta de sangre rica en oxígeno . Sin embargo, cuando nos referimos específicamente al corazón, es más adecuado utilizar el término «infarto agudo de miocardio» (IAM), ya que el corazón está compuesto por un tejido muscular especializado llamado miocardio.

El miocardio, al ser un tejido altamente activo y demandante de oxígeno, requiere un flujo sanguíneo constante para recibir el suministro necesario de oxígeno y nutrientes. Este flujo sanguíneo llega al miocardio a través de las arterias coronarias, las cuales son responsables de transportar sangre rica en oxígeno y nutrientes al corazón.

Una analogía útil para comprender la importancia del flujo sanguíneo en el corazón es compararlo con las plantas, que necesitan agua para sobrevivir. Del mismo modo, el corazón necesita sangre para funcionar, latir y bombear oxígeno a todo el cuerpo.

Cuando este flujo se ve comprometido y no puede proporcionar al miocardio los elementos vitales necesarios, se produce un infarto de miocardio. La principal causa de esta alteración es la presencia de obstrucción parcial o total de las arterias coronarias. En otras palabras, la falta de oxígeno y nutrientes al miocardio resulta en daños y muerte de las células del corazón; esto trae consigo secuelas e incluso la muerte.

En datos numéricos más específicos, la OMS reportó que en el año 2019 se produjeron 8,9 millones de muertes por esta entidad, lo cual representa el 16% de todas las muertes por enfermedades cardiovasculares.

Ahora, hablando específicamente de las secuelas que puede producir el infarto agudo de miocardio, se encuentra la falla o insuficiencia cardiaca, una complicación que se presenta con bastante frecuencia. En el estudio de Benjamin et al se evidenció que el 23 % de los hombres y el 17 % de las mujeres desarrollan falla cardiaca dentro de los cinco años posteriores al IAM.

¿Cuáles son los síntomas más comunes en un infarto de miocardio?

Reconocer los síntomas de un infarto de miocardio es crucial para buscar atención médica de inmediato. Los signos más comunes de un infarto incluyen los siguientes:

  1. dolor opresivo o sensación de presión en el pecho, que puede irradiarse hacia el brazo, la mandíbula, el cuello o la espalda,
  2. dificultad para respirar,
  3. sudoración excesiva,
  4. pérdida del estado de consciencia,
  5. náuseas y vómitos.

Es importante tener en cuenta que los síntomas pueden variar en cada persona y pueden presentarse de manera diferente, en especial, en mujeres, adultos mayores y pacientes con diabetes. Es una entidad que requiere valoración médica urgente.

¿Qué es un paro cardiaco?

El paro cardíaco es una condición médica grave en la cual el corazón deja de latir de manera repentina e inesperada . Durante un paro cardíaco, el corazón no puede bombear sangre al resto del cuerpo, lo que lleva a la interrupción del suministro de oxígeno y nutrientes vitales a los órganos y tejidos.

En este contexto, es posible haya actividad eléctrica en el corazón; sin embargo, es anómala y no es posible que se produzca la contracción del  músculo de manera apropiada, por lo cual no hay presencia de pulso. Dentro de los ritmos que se pueden encontrar en estos pacientes están la fibrilación ventricular, la actividad eléctrica sin pulso, taquicardia ventricular sin pulso y la asistolia.

Como se mencionó en otro apartado, para que el corazón funcione bien se requiere de integridad en su estructura, su flujo sanguíneo y su sistema eléctrico. Existen algunas alteraciones en estos aspectos que pueden dar origen a un paro cardiaco y, a su vez, perturbar otros sistemas.

El sistema eléctrico del corazón es vulnerable a diversas alteraciones. Entre las causas más comunes se encuentran las arritmias, que son trastornos del ritmo cardíaco, así como cambios en la estructura del corazón y variaciones en la concentración de iones como el potasio, calcio e hidrógeno, entre otros.

Este sistema, que es responsable de generar los latidos del corazón, también puede verse afectado si el flujo sanguíneo al corazón se interrumpe. Por lo tanto, un infarto agudo de miocardio que no se trate a tiempo puede progresar y desencadenar un paro cardíaco repentino.

Durante un paro cardíaco, es esencial actuar de manera rápida y efectiva para aumentar las posibilidades de supervivencia, esto conlleva a la importancia de la prevención, la capacitación en reanimación cardiopulmonar (RCP) y el acceso a desfibriladores automáticos externos (DEA) para mejorar las tasas de supervivencia en casos de paro cardíaco.



¿Cuáles son los síntomas más comunes en un paro cardiaco?

El paro cardíaco se caracteriza por una pérdida repentina de la conciencia y la ausencia de pulso . En algunos casos, puede haber señales de advertencia previas, como dolor en el pecho, malestar general o presencia de palpitaciones.

Ante esta situación crítica, es crucial actuar de inmediato. Lo primero es llamar al servicio de emergencia local. Mientras se espera la ayuda médica, se debe iniciar el masaje cardíaco de manera inmediata. El masaje cardíaco consiste en comprimir rítmicamente el pecho para mantener la circulación sanguínea.

Si se cuenta con un desfibrilador externo automático (DEA), se debe utilizar siguiendo las instrucciones proporcionadas por el dispositivo para administrar una descarga eléctrica si es necesario. La combinación de masaje cardíaco y desfibrilación temprana aumenta significativamente las posibilidades de supervivencia.

Diferencias entre el infarto y el paro cardíaco

Ahora que hemos aclarado un poco qué es infarto de miocardio y paro cardíaco, a continuación encontrarás de manera explícita cada una de sus diferencias: 

Tienen diferentes causas

El infarto de miocardio se produce cuando no hay suficiente oxígeno en el tejido. Esto puede ser ocasionado por una arteria coronaria obstruida, por lo general, debido a un coágulo sanguíneo o a la acumulación de placa en las arterias. 

El paro cardíaco puede tener múltiples causas. Las arritmias cardíacas, como la fibrilación ventricular, son de las principales responsables; e incluso el infarto de miocardio lo puede ocasionar si no es tratado a tiempo, presentando el paro cardiaco una mayor mortalidad.

Generan diferentes síntomas

Los síntomas del infarto de miocardio suelen incluir dolor opresivo en el pecho que se irradia hacia el brazo izquierdo, la mandíbula o la espalda, dificultad para respirar, sudoración excesiva y náuseas. En cambio, el paro cardíaco se caracteriza por una pérdida repentina del estado de consciencia y la ausencia de pulso.

Requieren de tratamientos diferentes

El tratamiento para el infarto de miocardio implica restaurar el flujo sanguíneo al corazón lo más rápido posible. Esto se puede lograr mediante la administración de medicamentos que disuelven los coágulos o mediante la realización de intervenciones quirúrgicas. 

Por otro lado, el paro cardíaco requiere medidas de reanimación cardiopulmonar inmediatas, que incluyen compresiones en el pecho y, si está disponible, el uso de un desfibrilador externo automático para administrar una descarga eléctrica que restablezca el ritmo cardíaco normal.

Tienen secuelas diferentes

El paro cardíaco, en particular, puede tener consecuencias devastadoras. Debido a la interrupción súbita y prolongada del flujo sanguíneo al cerebro y otros órganos, el paro cardíaco puede llevar a complicaciones graves como la muerte encefálica, una situación en la que se produce un daño irreversible del cerebro

Además, la falta de oxígeno durante el paro cardíaco puede resultar en isquemia en otros órganos vitales, como los riñones o el hígado. Estas secuelas hacen del paro cardíaco una condición de mayor mortalidad y riesgo para la vida del paciente.

Por su parte, el infarto de miocardio también puede tener complicaciones significativas. Además de poder generar un paro cardiaco, puede conllevar a insuficiencia cardíaca, una situación en la que el corazón no puede bombear eficientemente la sangre, y las arritmias cardíacas, que son alteraciones en el ritmo cardíaco. 

De igual forma, el infarto de miocardio puede llevar a la formación de cicatrices en el tejido cardíaco, lo que puede afectar la función del corazón a largo plazo. También existe el riesgo de complicaciones como la ruptura de la pared del corazón o la formación de coágulos sanguíneos que pueden viajar a otras partes del cuerpo, como el cerebro, y causar un accidente cerebrovascular. 

Por lo tanto, es fundamental recibir una atención médica oportuna y un seguimiento adecuado después de un infarto de miocardio para prevenir y manejar estas complicaciones y promover la recuperación del paciente.



Similitudes entre el infarto de miocardio y el paro cardiaco

Estas dos patologías tienen varios aspectos en común:

  • Ambas hacen parte de las enfermedades cardiovasculares.
  • Ambas son entidades graves y requieren atención médica de emergencia. 
  • Tienen algunos factores de riesgo en común como la hipertensión arterial, el colesterol alto, la obesidad, el tabaquismo, la diabetes y el sedentarismo. 

Diferenciar el paro cardíaco del infarto es fundamental

En conclusión, es crucial comprender las diferencias entre el infarto de miocardio y el paro cardíaco para poder reconocer los síntomas y actuar de manera rápida y adecuada en cada situación. 

Si bien comparten el hecho de ser enfermedades cardiovasculares graves, el infarto de miocardio se caracteriza por la obstrucción del flujo sanguíneo en una arteria coronaria. Por otro lado, el paro cardíaco implica la interrupción repentina del ritmo cardíaco.

Es importante destacar que un infarto de miocardio puede ser una causa subyacente de un paro cardíaco , pero no todos los infartos conducen a un paro cardíaco. Sin embargo, ambas condiciones requieren atención médica urgente.

Para mejorar las posibilidades de supervivencia, es fundamental recibir educación en primeros auxilios y reanimación cardiopulmonar (RCP) . La capacitación en RCP puede brindar a las personas las habilidades necesarias para actuar de manera efectiva en situaciones de emergencia al marcar la diferencia entre la vida y la muerte.




Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.